Holomega Antiox Plus de Equisalud es un complemento alimenticio que ayuda actuando como potente antioxidante frente a procesos degenerativos. Este producto viene presentado en un envase que contiene 50 cápsulas.
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Holomega Antiox Plus es un complemento alimenticio de la gama Holomega de Equisalud que ayuda actuando como antioxidante.
Las sustancias reactivas del oxígeno están presentes en las células, tienen propiedades oxidantes y juegan un papel fisiológico. Pero en exceso, estas sustancias causan daños serios en las células, un prematuro envejecimiento celular y entorpecimiento metabólico. Los antioxidantes son la defensa natural eficaz para combatir estos desequilibrios, pero en circunstancias ambientales o fisiológicas especiales pueden ser insuficientes para hacer frente a la acción oxidativa y el resultado son los radicales libres de oxígeno que causan muchos daños. Estas situaciones, denominadas como "estrés oxidativo", pueden mejorarse, bien estimulando los antioxidantes naturales con algunos aminoácidos, por ejemplo, o bien con un aporte nutricional de antioxidantes.
La formulación de este complemento alimenticio contiene un conjunto de los antioxidantes más efectivos, aportando propiedades protectoras para ayudar en las terapias de choque, así como en las preventivas y en multitud de situaciones en las que el sistema defensivo de las sustancias de oxígeno pueda fallar.
La L-cisteína es un aminoácido que contiene azufre y protege el hígado, lo desintoxica y ayuda a eliminar los metales pesados. Forma parte del glutatión, un antirradical libre de elevada importancia, que contiene esta formulación. Tanto sola, como formando parte del glutatión, es un potente antioxidante. También forma parte de la enzima glutatión peroxidasa. Protege la mucosa gástrica y elimina la mucosidad. Evita la oxidación del colesterol LDL ayudando a prevenir trastornos cardiacos. Mejora el funcionamiento del sistema inmune. Ayuda a la salud del cabello, uñas y piel.
El acaí, palmera de Asaí o palma manaca, es una palmera nativa del norte de Sudamérica, especialmente apreciada en Brasil. Se usan como tal sus frutos morados, muy rico en nutrientes, tales como proteínas, hidratos de carbono y grasas, además de fibra, vitaminas y minerales. Pero su fama se debe sobre todo a otros constituyentes, los antioxidantes, cuya proporción y variedad lo hace superior al granado, al vino tinto, a la uva o a los arándanos. Estos antioxidantes son polifenoles y otros compuestos fenólicos, flavonoides con gran riqueza en antocianidinas, que le dan el color morado al fruto. Contiene también esteroles y ácidos grasos omega. Su acción antioxidante evita la acción negativa y destructora de los radicales libres, que producen envejecimiento y deterioro celular y metabólico, así como la quelación de ciertos metales tóxicos como el plomo. Los antioxidantes también son protectores frente a radiaciones y quimioprotectores.
Esta planta se usa popularmente para fines como la pérdida de peso, vigorizante sexual, para bajar la glucosa y el colesterol (contiene esteroides), depurativo, para estimular la inmunidad, preventivo del envejecimiento, como cardioprotector, antiinflamatorio, antiestrés y ansiolítico, favorecedor del sueño, vasotónico, vasoprotector y en anemias. Los antioxidantes son capaces de producir en el organismo muchas acciones positivas, dado el papel tan importante que juegan en la conservación de las células y el buen funcionamiento del organismo.
Coenzima de muchas reacciones del organismo, una de ellas la glucólisis, que es responsable de la conversión de azúcar sanguíneo en energía. Es soluble tanto en agua como en grasa, por lo que puede proteger contra los daños de los radicales libres tanto fuera como dentro de las células corporales. El ácido lipoico mejora la actividad de la mitocondria, encargada de la respiración y producción de energía en la célula. Tiene una acción protectora de la función hepática, por lo que es usado en intoxicaciones de drogas, hepatitis alcohólica, intoxicaciones originadas por veneno y pacientes sometidos a radiaciones. Además de tener sus propias acciones antioxidantes, también es capaz de regenerar la vitamina C y la vitamina E de sus formas oxidativas.
El músculo es el principal demandante de glucosa sanguínea, el ácido lipoico ayudará al músculo a la absorción de la misma al interior de la célula muscular, incrementando a la vez la síntesis de glucógeno. También disminuye la captación de glucosa por células del tejido adiposo. El resultado de todo esto es un aumento en la producción de energía y una disminución de la acumulación de grasa en el organismo. Es importante en el tratamiento de la neuropatía diabética. Es un efectivo imitador de la insulina sin efectos secundarios (hipoglucemiante).
Accede al cerebro y protege directamente a las células, incrementando los niveles de glutatión, protegiéndolo así de los radicales libres. Es beneficioso en desórdenes cerebrales como: Parkinson, Alzheimer y demencia senil, ya que mejora la comunicación intercelular. Es propulsor natural del interferón, sustancia producida por las células blancas del cuerpo para luchar contra las infecciones, tumores, alergias, o envenenamientos químicos. Está considerado como un estimulante del sistema inmune, sobre todo en pacientes inmunodeprimidos. Siendo antioxidante de amplio espectro y estimulante del sistema inmune que ayuda a incrementar la energía y mantener un estado de salud general en pacientes con síndrome de fatiga crónica o deportistas con entrenamientos de alta intensidad.
A nivel ocular: protege y mejora la agudeza visual en pacientes con cataratas ya que estimula la producción de glutatión.
A nivel cardiovascular: también es capaz de reducir el dolor, la sensación de quemazón, irritación, enrojecimiento, debilidad y calambres producidos por la neuropatía periférica. Tomar este complemento puede estar especialmente indicado en vegetarianos (la carne es la fuente más rica en ácido lipoico) y en personas mayores de 55 años (el organismo produce menos ácido lipoico a medida que envejece).
El extracto de semillas de uva es un importante antioxidante por su contenido en OPC, que significa “complejos procianidólicos oligoméricos”. El extracto empleado aquí tiene una riqueza en proantocianidinas del 95 %. Los OPC pertenecen al grupo de los flavonoides y son excelentes antioxidantes, 20 veces más potentes que la vitamina C o 50 veces más potentes que la vitamina E. Los antioxidantes actúan anulando los radicales libres, que son muy dañinos. Los radicales libres tienen átomos de oxígeno con un electrón ausente que otras sustancias llenan cediéndolos de sí mismas y convirtiéndose a su vez en otro radical libre, y así sucesivamente sigue la cadena, dañando células, tejidos y alterando el metabolismo.
Los OPC son capaces de actuar en el organismo cediendo electrones sin convertirse ellos mismos en elementos peligrosos, ya que no alteran su valencia y pueden ceder bastantes electrones, por lo que son muy efectivos. Esos electrones son los que neutralizan los radicales libres, producidos en el organismo en exceso en ciertas condiciones de estrés oxidativo, por contaminación, exceso de deporte y otras circunstancias.
Dentro del grupo de flavonoides que contienen antioxidantes en las semillas de uva. También existen antioxidantes como el resveratrol o la quercetina, ambos considerados buenos antioxidantes y antitumorales. A los OPC se les atribuyen propiedades muy variadas, aparte de las mencionadas. Refuerzan las paredes de los vasos, previenen las enfermedades cardiacas, tienen acción antibacteriana, antinflamatoria y antioxidante, previenen el envejecimiento, la diabetes, los dolores musculares en piernas, fibromialgias, parestesias en brazos y piernas de tipo circulatorio, impotencia, tumores, psoriasis, eczemas, prevención de la degeneración macular y de las cataratas, sirve para mejorar la visión, es antialérgico, antiulceroso, previene el envejecimiento de la piel, protege los pulmones y retarda el proceso de la esclerosis múltiple.
Esta quercetina se extrae de la flor de Sophora japonica. Esta planta se usa en China, Japón y Corea, en todo tipo de hemorragias, epistaxis, hematemesis, hemoptisis, tos hemoptoica, gastroenteritis crónica, hemorroides, disentería, hematoquecia, hemorragias gástricas, hemorragia intestinal. También puede ser útil en diarreas, náuseas, vómitos, obstrucción intestinal, colitis ulcerosa, diverticulitis, absceso intestinal, en leucorrea y menorragia.
Es el flavonoide más abundante y el más habitual en la dieta humana, destacando por su elevada actividad antioxidante. Reduce los procesos inflamatorios y las alergias porque inhibe las enzimas productoras de citoquinas inflamatorias como la ciclooxigenasa o la lipooxigenasa. Inhibe la liberación de la histamina por los mastocitos y los basófilos, contribuyendo así a la acción antiinflamatoria, por ejemplo, en las alergias.
Las alergias, especialmente las alimentarias, tienen bastante relación con los eczemas. Sus aplicaciones terapéuticas son diversas, siendo especialmente efectiva en el tratamiento y prevención de las enfermedades cerebrovasculares, la obesidad o tumores. Debido a su actividad antihistamínica, hace que sea útil para la prevención de ataques alérgicos y de asma. Tiene actividad antitumoral, inhibiendo la actividad de la PI 3-quinasa. Puede ayudar a controlar la proliferación de ciertos virus. También puede ayudar en la disentería, la gota y la psoriasis. Puede ayudar a reducir la destrucción de tejido en la artritis reumatoide. Inhibe la oxidación del colesterol LDL. Reduce el daño oxidativo en las estructuras neuromusculares de la piel. Es un importante inhibidor de la aldosa reductasa, enzima que cataliza la conversión de glucosa a sorbitol, mecanismo cuyo desajuste es importante en el desarrollo de las cataratas de los diabéticos.
La vitamina C no puede ser sintetizada por los humanos. El ascorbato reacciona con facilidad con los radicales libres actuando como antioxidante y pasando él mismo a radical ascorbilo, que rápidamente se descompone para producir ácido ascórbico y ácido dihidroascórbico. Mediante estas reacciones, la vitamina C captura radicales libres potencialmente tóxicos como los radicales superóxido o hidroxilos. Las propiedades de la vitamina C están basadas en sus propiedades de oxidación y reducción. Actúa como cofactor enzimático en unas 8 reacciones enzimáticas, implicadas en las hidroxilaciones de la lisina y prolina, síntesis de carnitina, síntesis de hormonas o en el metabolismo de la tirosina. La hidroxilación de la prolina para formar hidroxiprolina está muy estudiada, y tiene que ver con la formación de colágeno, tejido de sostén de huesos, cartílagos, piel, ligamentos y tendones. Está implicada en la absorción del hierro, reduciendo el hierro férrico a ferroso, y así permitiendo su absorción intestinal. Esencial para oxidar la tirosina o la fenilalanina. Relacionada con la síntesis de la serotonina o norepinefrina, importantes neurotransmisores.
El resveratrol es un potente antioxidante rico en polifenoles presente en las uvas, cacahuetes, moras o arándanos, así como en el vino o el mosto. Entre las muchas acciones que se le atribuyen, unas más demostradas que otras, podemos enumerar las siguientes: antiinflamatorio en las artritis, antiagregante plaquetario, fitoestrógeno, preventivo de enfermedades cardiovasculares y neuroprotector. Antitumoral e hipoglucemiante en diabetes tipo II. Actúa frente a obesidad y Alzheimer, es inhibidor de la oxidación del colesterol LDL, ayuda en el hígado graso o en las pancreatitis, así como en las enfermedades renales. Mejora el rendimiento atlético. Tiene acción antifúngica, es quelante de metales y protector de las radiaciones nocivas.
El GSH o L-glutatión reducido es un tripéptido lineal compuesto por ácido glutámico, glicina y L-cisteína. Es un potente antioxidante. Para combatir a las especies reactivas del oxígeno, se encuentra en el organismo el sistema glutatión peroxidasa/glutatión reductasa. La glutatión reductasa es una enzima que cataliza la reducción del glutatión peróxido y de los lipoperóxidos, los cuales son sustancias reactivas del oxígeno. Esta enzima, por tanto, está relacionada en la fisiopatología de varias enfermedades. Sus aplicaciones son diversas. Es un protector hepático, puede ser útil cuando hay un consumo excesivo de fármacos o de alcohol. Es desintoxicante, porque neutraliza toxinas y radicales libres y productos secundarios de reacciones metabólicas y hormonales. Puede ayudar a destruir los metales pesados: plomo, mercurio o arsénico. Junto con el selenio, aportado en esta fórmula, forma la potente enzima antioxidante glutatión peroxidasa. Parece ser que puede destruir moléculas dañinas de pesticidas, disolventes nocivos y contaminantes atmosféricos en sustancias menos dañinas, que pueden ser eliminadas del organismo. Es un protector cardiovascular, previniendo la oxidación del colesterol LDL, factor de riesgo de las cardiopatías. Es inmunoestimulante y protege los ojos contra la aparición de cataratas.
Este mineral se encuentra formando parte de muchas enzimas importantes en el metabolismo. Unas 100 enzimas dependen del zinc, en su acción catalítica. También tiene acciones estructurales, como en la estabilización de las proteínas y membranas celulares. La pérdida de este mineral en las membranas celulares aumenta el daño oxidativo y deteriora su función. Tiene un papel crítico en la estructura de la enzima antioxidante superóxido dismutasa cobre-zinc. Otras acciones del zinc son reguladoras, como ocurre en la transcripción de algunos genes, en la liberación hormonal o en la transmisión del impulso nervioso. Algunos signos de deficiencia en zinc pueden ser: fallo en la adaptabilidad a ver en la oscuridad (junto con vitamina A), leuconiquias o manchas blancas en las uñas, o disminución del sentido del gusto. Un exceso de zinc pueda dar lugar a una falta de cobre y conducir a una inmunodepresión. La acción positiva en las membranas celulares y en la transmisión nerviosa, así como la protección antirradical libre por medio de la superóxido dismutasa, justifican la presencia de este mineral en la fórmula.
El selenio es un importante antioxidante y se aporta en forma de selenio asimilado en levaduras, lo cual hace que sea mucho más biodisponible, ya que se encuentra en forma orgánica. Es necesario para formar las llamadas selenoproteínas, como las glutatión peroxidasas, que reducen las sustancias con oxígeno reactivo, tales como los peróxidos de hidrógeno y los hidroperóxidos lipídicos. Otras selenoproteínas son: selenoproteína P, deiodinasas de yodotironina, que activan o desactivan las hormonas tiroideas, tiorredoxina reductasa, selenoproteína W (que está relacionada con el metabolismo muscular), selenofosfato sintetasa (relacionada con la síntesis de las selenoproteínas). El selenio como tal también tiene acción antioxidante, que junto con la vitamina E, ayuda a evitar la degeneración precoz, los procesos inflamatorios, la degeneración ocular, articular o cardiaca.
Este extracto de vino tinto contiene una alta concentración de polifenoles, el 95 %. Se estudió su acción fundamentalmente como preventivo de las enfermedades cardiovasculares. Contiene ácidos fenólicos y muy diversos flavonoides, como flavonoles, taninos, estíbenos y resveratrol. La capacidad de absorción de radicales de oxígeno (efecto antioxidante u ORAC) es de 12.000 mol TE/g. Actúa especialmente bien en el síndrome metabólico, que cursa con obesidad, hipertensión, diabetes y aterosclerosis. Incide también en la fatiga física o mental, en el estrés y la irritabilidad. Mejora la agregación plaquetaria. Se ha visto que produce una vasorelajación del endotelio como resultado de una mayor síntesis de NO, por lo cual actúa eficazmente en la hipertensión, relajando los vasos. Previene la fibrosis miocárdica y la reducción del engrosamiento de la pared aórtica. Mejora las funciones vasculares. Se ha visto que disminuye el estrés oxidativo en el sistema cardiovascular y renal. Ayuda a la belleza de la piel, a evitar su envejecimiento y protege frente a las radiaciones UV.
El beta-caroteno se obtiene por fermentación del hongo Blakeslea trispora, hongo no patógeno y carente de toda toxicidad, que se emplea para la obtención de beta-carotenos, conteniendo otros carotenoides en pequeñas cantidades, especialmente gamma-caroteno (3%). Aportan al organismo sus conocidas propiedades antioxidantes. Al ser ingerido, el beta-caroteno natural es transformado en vitamina A en la mucosa del intestino delgado y ésta es almacenada principalmente en el hígado en forma de ésteres de retinol. Puede reducir las probabilidades de ataques cardiacos, funciona como un antioxidante liposoluble y aumenta la eficiencia del sistema inmunitario. En la farmacopea de numerosos países se utiliza como protector de la radiación ultravioleta tomado por vía oral.
Son flavonoides polifenoles y principalmente son de tipo flavonas, flavononas o flavonoles, y entre ellos hay que destacar la quercetina, la hesperidina, la rutina, la naranjina y el limoneno. Es importante destacar el efecto protector de los antioxidantes referidos a las membranas celulares, que son protegidas fuertemente del proceso de lipoperoxidación, que las destruye, y con ellas, a la célula. También los radicales libres tienen un efecto inmunodepresor, y los bioflavonoides minimizan este efecto por la inhibición de la acción de la ciclooxigenasa. Se cree que las enfermedades degenerativas pueden estar asociadas a la falta de antioxidantes.
El efecto antioxidante de los flavonoides radica en su acción captadora de radicales libres y en su propiedad para quelar metales, evitando así los efectos de estos sobre las células: inhibición de enzimas, lesiones celulares y acciones mutagénicas. La producción continua de radicales libres durante el proceso metabólico genera el desarrollo de mecanismos, por medio de los antioxidantes endógenos tales como algunas vitaminas (A, E y C) y enzimas metabólicas, que limitan los niveles de estos elementos en el cuerpo para prevenir así el daño a los tejidos celulares. También hay fuentes exógenas de antioxidantes, contenidos en muchos alimentos, como es el caso de los cítricos y los bioflavonoides.
Los flavonoides consumidos por el hombre le protegen del daño de los oxidantes, como los rayos UV, la polución ambiental (minerales tóxicos como el plomo y el mercurio) y algunas sustancias químicas presentes en los alimentos (colorantes o conservantes). También han sido utilizados como agentes protectores frente a los efectos dañinos de los rayos X. Al limitar la acción de los radicales libres (que son oxidantes), los flavonoides reducen el riesgo de tumor, mejoran los síntomas alérgicos y de artritis, aumentan la actividad de la vitamina C, bloquean la progresión de las cataratas y la degeneración macular y mitigan las sudoraciones en la menopausia.
Pero, además, tienen propiedades antitumorales y cardiotónicas (mejoran la circulación y tonifican el latido cardiaco). En la fragilidad capilar, mejoran la resistencia de los capilares y favorecen el que éstos no se rompan, por lo que resultan adecuados para prevenir el sangrado. Propiedades antitrombóticas: la capacidad de estos componentes para impedir la formación de trombos en los vasos sanguíneos posibilita una mejor circulación y una prevención de muchas enfermedades cardiovasculares. Disminución del colesterol. Protección hepática. Protección del estómago frente a úlceras. Antiinflamatorios y analgésicos. Antimicrobianos: isoflavonoides, furanocumarinas y estilbenos, han demostrado tener propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas. El consumo conjunto de los bioflavonoides y vitamina C ayuda a prevenir los abortos espontáneos. Los compuestos de flavona reemplazan efectivamente la terapia hormonal en casos de flujo menstrual irregular o doloroso, no causado por daño anatómico. Algunos de estos compuestos han sido efectivos en la prevención de sangrado y para regular el flujo menstrual después de la inserción de dispositivos contraceptivos intrauterinos (DIU).
El té verde, por su gran riqueza en ácidos fenólicos, tiene un poder antioxidante muy potente. El té verde contiene L-teanina, la cual potencia la actividad cognitiva, mejorando la memoria, la atención, la concentración y el aprendizaje. Es un reductor del estrés. Todo ello es debido al alto contenido que tiene en antioxidantes, principalmente de tipo fenólico. Puede servir de ayuda en el Alzheimer, prevención de tumores, en las artritis, esclerosis múltiple y otras enfermedades degenerativas, para mejorar la comunicación intercelular, para quemar mejor las grasas y reducir el colesterol. Es indiscutible su efecto antioxidante a muy distintos niveles. Es una ayuda importante para recuperar la salud perdida o para prevenir situaciones de estrés oxidativo, que producen daños celulares, con consecuencias imprevisibles.
Es constituyente de algunas enzimas y activador en otros casos, formando parte de muchas reacciones metabólicas. Es un componente importante de la enzima manganeso superóxido dismutasa, la principal enzima antioxidante de las mitocondrias, encargadas de la producción de energía
La capacidad del cobre para aceptar o donar electrones explica su papel en las reacciones de oxidación-reducción y su capacidad como antioxidante frente a radicales libres. Esto hace que permanezcan sanas las estructuras nerviosas cerebrales y forma parte de muchas enzimas en reacciones catalíticas.
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