El primer año de vida de un bebé es una época fascinante y llena de cambios y primeras veces: sus primeros pasos, quizás sus primeras palabras, el momento de comenzar a explorar el mundo...
Y uno de los hitos más importantes en este periodo es la introducción de alimentos complementarios a la leche materna o de fórmula, la cual se hace generalmente a partir de los 5-6 meses de vida.
El objetivo de la introducción de alimentos sólidos es que el niño llegue a su primer año de vida comiendo ya prácticamente lo mismo que el resto de la familia.
Y en esta transición y adaptación gradual de la lactancia exclusiva a la alimentación sólida, tienen un pale destacado los triturados y las papillas para bebés.
Tu bebé ya tiene 5 meses y su pediatra te ha dicho que es momento de comenzar la alimentación complementaria. Seguramente os habrá dado una serie de pautas y consejos para esta etapa de transición, en la que los bebés empiezan a comer purés, triturados, papillas de frutas y de cereales, así como trocitos de verduras, carne y pescado cocinados. Pero si sois papás primerizos, puede que aún tengáis algunas dudas.
Una de las principales recomendaciones es comenzar con cereales y papillas sin gluten, para evitar alergias o intolerancias.
Como sabrás, el gluten es una proteína que se encuentra en granos como trigo, espelta o cebada negra, etc. Para poder empezar la alimentación complementaria minimizando los riesgos de alergia a esta proteína, existen en el mercado papillas para niños de arroz o maíz, que no llevan gluten.
Lo ideal es empezar dando al bebé cereales y papillas sin gluten y, tras varios días, si no se ha producido ninguna intolerancia, empezar a introducir poco a poco los cereales con gluten.
Por tanto, para ir introduciendo el gluten de forma paulatina en las papillas infantiles, tomaremos una cucharada de cereales sin gluten y le añadiremos media cucharadita de cereales con gluten (trigo, cebada, centeno, avena…). Luego podemos ir aumentando gradualmente la cantidad de granos que contienen gluten agregando gradualmente una cucharadita, luego dos... Y así sucesivamente.
Una buena papilla para bebé sería aquella en la que podemos encontrar fibras especiales o prebióticos que ayudarán al sistema digestivo de los más pequeños, alimentando la flora intestinal, es decir, las bacterias buenas que conviven en nosotros.
Además, muchas papillas infantiles comerciales están enriquecidas en minerales como el hierro, lo cual ayuda a complementar, ya que la leche materna tiene un bajo contenido de este mineral, muy importante para el desarrollo del bebé.
Las papillas para bebés son todos aquellos alimentos destinados a los más pequeños y que suelen presentarse en forma de triturados (como purés de frutas, verduras y carne o pescado) o preparaciones a base de cereales (con o sin frutas) mezclados con leche de fórmula o leche materna.
Los purés y papillas para bebés son un complemento a la lactancia materna o artificial, a partir de los 5-6 meses. Estos alimentos no pretenden reemplazar a la leche, puesto que ésta debe seguir siendo el alimento principal, al menos durante el primer año de vida, mientras el bebé descubre otros sabores, texturas y alimentos.
Aparte de nuestro extenso catálogo de papillas, en TOP nos preocupamos por tener para ti la mejor alimentación para bebés. Es por ello que podrás encontrar también:
